madurar.
(Del lat. maturāre).
1. tr. Dar sazón a los frutos.
2. tr. Poner en su debido punto con la meditación una idea, un proyecto, un designio, etc.
3. tr. Med. En los tumores, activar la supuración.
4. intr. Dicho de los frutos: Ir sazonándose.
5. intr. Adquirir pleno desarrollo físico e intelectual.
6. intr. Med. Dicho de un tumor: Activarse su maduración.
Todos los seres humanos pasamos por un proceso de "maduración" no solo en el ámbito físico si no también en el intelectual, o al menos, esa es la teoría, aunque siempre existen excepciones.
Un signo de maduración es la risa. Parece estúpido pero el motivo por el qué nos reímos refleja lo "intelectual" o "simple" que somos. Nuestra risa pasa por diferentes etapas. Está la etapa 1, cuando somos bebes y nos reímos por cualquier mueca o ruido. Después cuando aprendemos a hablar y estamos en la guardería siempre nos reímos por palabras como caca,pedo, culo, pis...(etapa 2). A continuación, nuestras inocentes mentes se vuelven mal pensadas y asociamos cualquier palabra al sexo, sobre todo si es nuestro profesor quien las dice (etapa 3). Después viene la etapa de la risa irónica mezclada con hipótesis improbables: te imaginas... y luego... y si... (etapa 4). Felizmente estoy en está última etapa y todavía me queda digievolucionar a las siguientes.
Otro signo de maduración es la moda. Entre la moda y la personalidad existe una fina linea de separación que en ocasiones se traspasa. Solo hace falta mirar en colegios o en institutos. Una chica aparece un día con el pelo teñido y en cuestión de un mes, todo el mundo se ha teñido y eres la rara si no lo has hecho. Lo mismo ocurre con piercings y semejantes. En el colegio ocurre más de lo mismo. Un niño aparece con una peonza y BUM! al día siguiente todos con peonzas. Si no son peonzas, son tazos o cualquier otro juguete o cromo coleccionable.
La personalidad y el carácter es, a mi parecer, el aspecto más importante en nuestro "proceso de maduración". ¿Quién no conoce personas cuya personalidad es escasamente nula y solamente se basan en copiar lo que ven de sus amigos y personas más cercanas? ¿Quién nunca ha oído la típica frase: desde que va con X ha cambiando mucho? Todas esas personas son ejemplos de escasa personalidad y seguro que al leer esto te ha venido a la mente el nombre de alguien.
Dejando a un lado el tema de la personalidad, lo más importante es la responsabilidad. La madurez conlleva una cierta responsabilidad. Si queremos ser maduros tenemos que ser responsables de nuestros actos, analizar las consecuencias de nuestras acciones y poder asumir nuestra culpa cuando erramos. No tomar decisiones a la ligera, pararse a reflexionar, a analizar y a decidir la opción más correcta, eso es madurez.
Al igual que la mayoría de las cosas importantes, nuestro proceso de maduración es largo pero continúo. Algunos llegan más lejos que otros, pero todos lo experimentamos.