Faltan pocas horas para el año nuevo y yo todavía no he hecho un balance de este. Este año no lo haré, después de todo sé cuales han sido mis mejores momentos y cuales los peores, ¿para qué recordar todo lo malo? ¿Para qué volver a revivir como una película cada instante, cada gesto, cada palabra? Prefiero que todo eso permanezca en mi recuerdo como una simple pesadilla, una pesadilla de la que cada día poco a poco parece que me voy despertando. Los buenos momentos siempre estarán ahí, recogidos en fotografías o en sonrisas, no importa que al cabo de los años se difuminen en mis recuerdos, lo importante ante todo es que los viví y que durante esos instantes fui feliz.
Los propósitos para nuevo año son los mismos que para este. Esos propósitos que vas dejando día tras día y a lo que te das cuenta ya es diciembre otra vez. Mi filosofía es siempre la misma: no importa que sea 1 de enero, que sea lunes o principio de mes, para iniciar el camino hacia el cambio cualquier día es importante, no necesitas esperar a que sea una fecha señalada en el calendario.
Por último, os deseo a todos feliz año y sobretodo que tengáis la suficiente fuerza de voluntad como para que cumpláis todos vuestros propósitos.
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