¿Alguna vez en un determinado momento te has preguntado por qué estás ahí, qué ha ocurrido para que llegues a esa situación? No somos conscientes de la importancia de nuestros actos. Cada día todo lo que hacemos, lo que decimos, lo que dejamos de hacer y decir, lo que elegimos, todo, absolutamente todo determina nuestro destino. De un día para otro no te cambia la vida. Quizás esa mirada de más colmó el vaso, quizás si hubieses dicho la verdad podrías haber evitado la tormenta, quizás si hubieses elegido la otra opción ahora serías feliz. Quizás. Miles de caminos, miles de ramificaciones que cada día eliges, consciente o no. Desgraciadamente, solamente eres consciente cuando terminas en un callejón sin salida, y te preguntas cómo has llegado allí. Sin embargo, es entonces cuando no tienes más opciones ni puedes volver. Sientes arrepentimiento. Te arrepientes de esa mirada, de ese silencio, de esa opción. Descubres que tu vida podía haber sido otra, y tú, unicamente tú, fuiste el culpable de que no lo fuera.
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