sábado, 15 de enero de 2011

Conclusión 148

-Hoy en pleno invierno el sol brilla quemándonos la piel como si fuese cualquier día de verano. Hoy todos como caracoles que sacan sus antenas al sol, salen despavoridos de sus casas para disfrutar de este pequeño regalo, y tu mientras ¿qué haces? Te niegas a salir de tu habitación.

-Odio estos días. Simplemente los odio. Detesto salir a la calle y ver la felicidad impregnada en las caras de los demás. Todos te miran sonrientes como si te estuvieran restregando su felicidad. Yo soy feliz y tu estás acabada. Eso es lo que parecen decir con sus magníficas sonrisas. ¿Para que quiero salir? ¿Para que me digáis que os he amargado la noche con mi mirada triste? Lo siento por no vivir en un cuento de hadas. Lo siento por vivir en una pesadilla en la que poco a poco el tiempo se agota. ¿Sabes? Ya no siento los brazos de tantas veces que me he pellizcado para despertarme. Me encierro en mi habitación como tú dices para poder absorber toda esa esencia que puede que dentro de poco se extinga para siempre. Me niego a salir de mi refugio porque sé que dentro de unos meses no tendré las fuerzas suficientes para entrar allí, porque huiré a un lugar donde consiga borrar todo. Enfadate todo lo que quieras. Grítame. Critícame. Pero no me obligues a ser algo que me es imposible.

2 comentarios:

Cerocero dijo...

que los árboles no te impidan ver el bosque... intentalo

Anónimo dijo...

No dejes que te absorba la oscuridad, lucha para encontrar la luz.