domingo, 9 de enero de 2011

Conclusión 145

Era una tarde gris. El viento mecía los árboles. Ella ausente de todo jugaba con un pequeño rastrillo en la arena. Tras horas escavando y removiendo la tierra, descubrió una pequeña tetera. La observó durante un instante y quitó su tapa para ver el interior. Entonces, una ligera neblina salió de ella y apareció un genio.

- Soy el genio de la tetera y por haberme liberado un deseo te concederé.
-¿Genio de la tetera? ¿Un deseo? ¿No eran tres?
-Con uno basta.
-Está bien. Deseo...
-¡No te precipites niña! Piénsalo muy bien. Solo tendrás una oportunidad.
-Ya esta decidido, lleva decidido desde hace mucho tiempo. Mi deseo es que se encuentre una cura para el cáncer.

2 comentarios:

Yo Misma dijo...

Has logrado emocionarme con una simple frase, realmente espero que ese deseo pueda cumplirse algún día no muy lejano,el mundo sería un poco más feliz si pasase.
Besoos for you

Cary M. Cheshire dijo...

Que blog más interesante tienes. Acabo de leer ya varias cosas y me ha gustado muchomucho.
Te sigo
Un muá.