lunes, 6 de diciembre de 2010

Conclusión 135

Comparar, aunque no nos queramos dar cuenta, nos pasamos toda nuestra vida comparando. Desde que somos pequeños empezamos a comparar cosas insignificantes: su camión es mas grande, su muñeca tiene mas vestidos, su camiseta de fútbol es de la ultima temporada... A medida que crecemos seguimos comparándonos con los demás: ella esta mas delgada, su novio es mas guapo, tiene un móvil nuevo, le han regalado una moto... No solo comparamos cosas materiales si no también situaciones, sentimientos, estados de animo de los demás y de los nuestros propios. ¿Cuantas veces has mirado hacia tu situación personal en el pasado y has deseado volver a ella? Siempre terminamos comparando nuestro presente con el pasado, lo que nos conlleva a la melancolía por tiempos mejores que ya no vuelven. Parece que estemos programados biológicamente para ser infelices y buscar siempre ese "pero" que nos impide conseguir la felicidad, permaneciendo estancados en la melancolía y la tristeza, sin poder mirar a un futuro prometedor y mejor. Nos gusta comparar, pero siempre haciendo comparaciones en la que el otro sea el mejor y nosotros el peor.

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