sábado, 21 de noviembre de 2009

Metáfora 1

Los juguetes enseguida pasan de moda, cada campaña navideña sacan un nuevo y super moderno juguete con mil y un accesorios y al año siguiente no se vuelve a saber nada más de él. Los juguetes evolucionan y cada vez son más perfectos, el juguete que todo niño quiere poseer, pero entonces, ¿por qué todavía hay niños que juegan con peonzas, al parchís o al hundir la flota? ¿Esos juguetes no han pasado de moda? Un juguete puede tener toda la última tecnología pero si no posee cariño no sirve de nada.

A simple vista, parece una muñeca simple, andrajosa, no habla, ni anda, simplemente es una muñeca de trapo rellena de algodón, lleva zurcidos en sus brazos y piernas, tiene el pelo enmarañado y su aspecto es desastroso. Hoy en día está para tirarla a la basura, pero en un pasado, fue la muñeca de moda, la que todos deseaban. Aunque carezca de tecnología y de asco verla, sigue siendo una muñeca, y ¿sabes qué? las muñecas tienen su corazón. Cada vez que la encierras en tu baúl y te pones a jugar con otras muñecas, ella llora, en silencio, pero llora. Cada vez que la abandonas y la dejas caer al suelo, no solo se rompe un brazo o una pierna, también se rompe su corazón. ¿Por qué la tienes qué tratar así? ¿No te basta dejarla o regalársela a otro que sepa jugar con ella? ¿Necesitas tener todas las muñecas en tu poder aunque no juegues con ellas?

Quizás en otras manos, ahora esa muñeca no estaría tan andrajosa, sí seguiría teniendo sus defectos, no hablaría ni andaría, pero seguiría dando cariño, calor y amor a todo aquel que lo necesitara.

Las muñecas andrajosas de trapo poseen su corazón aunque a veces nadie se de cuenta...

No hay comentarios: