lunes, 4 de abril de 2011

Conclusión 174

Sientes como se te eriza la piel, como poco a poco un escalofrío recorre tu cuerpo, lento, frío, cruel. Alguien ha pronunciado esa fatídica palabra, esa palabra que desde siempre te ha producido un intenso miedo y desde hace meses, también, un inmenso dolor. Egoístamente deseas que no te pase, que no seas tú quién la próxima vez tenga que pronunciarla. Descubres que toda esa tranquilidad que te habían impuesto era mentira, una simple cortina de humo que se ha desvanecido con un simple "me duele". Escuchas desde la lejanía el tic-tac del reloj, un sonido monótono que te muestra burlón, la cuenta atrás, la lucha con el tiempo. Las manecillas avanzan, pausadamente pero sin descanso, y mientras, entre cada tic-tac del reloj, escuchas esa queja silenciosa: "Marga, me duele".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Deja de decir gilipolleces helenita!!!
escribecosas alegres (L) ajajaja
y no te me ralles con estos temas de verdad, qe sepas qe soy yo la qe le doy a no me gusta, y no porqe no me gusta como escribas, qe eso me encanta pero sí x escribir estas cosas.
Te quiero feotaaaa mía (L)