miércoles, 13 de enero de 2010

Conclusion 59

Ojala pudiera ser guionista de la vida y poder escribir el guión de las personas que me rodean. Sobre el viejecito que todas las tardes esta pidiendo limosna en la esquina, escribiría que le tocara la lotería. A la soñadora de mi vecina haría que ese chico por el que tanto sueña le hablara por fin. Daría un pequeño empujón a ese chico que desea ser abogado pero no se atreve a romper con la tradición familiar de ser médico. Escribiría un final feliz a cada una de las personas, adaptaría cada una de sus historias para que obtuvieran sus más preciados sueños. Haría que cada uno fuese feliz y no tuviera que preocuparse por nada. ¿Y por qué no? También escribiría mi futuro. Haría que todos mis problemas se esfumaran simplemente presionando la tecla de suprimir del teclado. Reescribiría mi historia y elegiría mi porvenir. Mejoraría mis virtudes y eliminaría mis defectos. Cada día escribiría lo que quisiera que me ocurriese al salir de casa. Borraría de mi vida a aquellas personas que me hacen sufrir, crearía nuevas personas por conocer. Iría creando poco a poco mi pequeña felicidad, mi mundo perfecto.

Desafortunadamente, nadie es guionista de la vida, los guiones solo se encuentran en las películas. Nadie puede elegir su futuro ni saber lo que le ocurrirá mañana al despertar. No obstante, cada día escribimos una página más en nuestro libro de vida. Una página en la que aunque no podamos escribir lo que queramos, si que podemos elegir la forma en la que escribimos.

*Blog Sueños Inacabados 18/09/2009

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