Tras estar envueltos en un mar de dudas tomamos la decisión de abrir nuestro corazón y revelar nuestros mas profundos miedos. Lo hacemos con la esperanza de que esa persona a la que se los revelas sepa acabar con ellos, te diga palabras reconfortantes y consiga cambiar tus lagrimas por una sonrisa. Ponemos todas nuestras esperanzas en ella. Pensamos que podra animarnos, pero sin embargo no lo hace. Entonces nos hundimos aun más en ese mar. Nos damos por vencidos y nos dejamos llevar por la marea, esperando a encontrar por casualidad tierra firme.
1 comentario:
No seas tan pesimista. Todos tenemos rachas malas y rachas buenas. Lo bueno es aprender y ser más fuerte una vez que te hayas recuperado.
PD: Supongo que sabrás quien soy
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