Me encantan las escenas simultáneas en las películas. La pantalla por un momento se divide en dos. A un lado, ella paseando con sus amigas. Al otro, él tocando la guitarra. Viven ajenos a todo, pensando que el destino nunca más entrecruzará sus vidas. Pobres ilusos. El destino, o mejor dicho el guionista, hace que se encuentren un día cualquiera al cruzar la calle, y entonces, como si de un tiempo cíclico se tratase,vuelven a rememorar todo otra vez.
Me gusta tumbarme en la cama, mirar hacia el techo e imaginarme que soy esa chica del lado izquierdo de la pantalla. Pensar, por un momento, en las escenas que aparecerían a mi lado: tú en un bar, o viendo la tele o jugando a la videoconsola o, ¿por qué no?, tumbado en la cama, mirando hacia el techo y pensando en las escenas que aparecerían a tu lado. Me gusta imaginarme los planos, los enfoques, las escenas. Me gusta imaginar el desarrollo de mi propia película. Me gusta pero, sin embargo, a la vez me entristece. Los créditos han impedido el final feliz.
2 comentarios:
Solo hay una cosa que puede posponer el final feliz y es la muerte. Hasta entonces, tu eres la directora y guionista de tu vida...
Tiendo a los dramas.
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