domingo, 30 de enero de 2011

Conclusión 155

-¿Sabes? Estoy empezando a odiar estas películas.
-¿¡Cómo?! ¡Pero si te encanta echar una lagrimita al final de cada una!
-Si, si, ya lo sé, pero deberían de clasificarlas como ciencia ficción.
-¿Por?
-¿Dónde se ha visto que al final, en el último momento, el chico aparezca con un ramo de flores pidiendo perdón y jurando amor eterno? Ciencia ficción. Eso en la vida no pasa. Por mucho que soñemos y deseemos, nunca seremos protagonistas de esas historias.

sábado, 29 de enero de 2011

Conclusión 154

Cuando estudiamos historia solemos dividirla en diferentes etapas: Prehistoria, Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea. El inicio y final de cada una de ellas está determinado por un hecho concreto que marca la diferencia entre una era y otra.

Al igual que en historia, nuestra propia vida puede dividirse en diferentes períodos. Los acontecimientos que delimitan un período de otro suelen ser muy diversos pero al final siempre están relacionados con otras personas. Nuestra época de mayor felicidad cuando conociste a esa persona especial, la caída del Imperio Feliciano cuando desapareció alguien importante en tu vida...

Queramos o no, nuestra felicidad siempre está supeditada a las personas que nos rodean. Como dice el dicho Quien bien te quiere, te hará llorar, aquellas personas que te han hecho feliz en tantas ocasiones, al final una o varias veces te harán sufrir. Entonces, ¿realmente merece la pena tanta felicidad para que luego se convierta en sufrimiento? Sí, al igual que la felicidad está unida al dolor, el dolor está unida a la felicidad. Están separadas por la misma distancia, únicamente tienes que encontrar a la compañía adecuada para que te haga el trayecto más ameno.

domingo, 23 de enero de 2011

Conclusión 153

Hacía mucho tiempo que los pilares de su casa se habían destruido. Poco a poco todo fue haciéndose pedazos hasta que solo quedó en pie una diminuta habitación. Durante unos días se dio por vencida y se abandonó a su suerte. Todo dejó de tener sentido para ella. Le gustaba esa casa, la adoraba y pensaba que nunca volvería a tener otra igual. Sin saber cómo, un día comenzó a construir otra nueva. Sin planos, sin ideas, solamente construía una pared y luego otra más. No le importaba el diseño ni la estética solamente quería una casa donde refugiarse. Tras muchos días luchando contra el tiempo, la lluvia y el frío la terminó. Sin embargo, todavía tenía que amueblarla, todavía le quedaba muchísimo trabajo para sentirse a gusto en ella. Pasaron las semanas y por fin todas las habitaciones estaban a su gusto. ¿Todas? No. Había una que se le resistía. La del segundo piso, al final del pasillo a la derecha. La más grande y con las mejores vistas. Esa todavía estaba vacía, ni si quiera tenía luz. Se negaba a entrar. Incluso evitaba pasar por delante de su puerta. Sentía escalofríos cada vez que pensaba en ella. Vivió un tiempo ignorándola. Se sentía feliz. Es verdad que la casa no estaba acabada del todo, pero aun así se sentía a gusto viviendo en ella. Un día, comenzó a oír música proveniente de la habitación vacía. Pensando que eran ilusiones, no hizo caso. Otro día empezó a sentir una presencia en la casa. Una sombra que habitaba con ella pero no se dejaba ver. Asustada, tras muchas reflexiones, decidió entrar en la habitación vacía. Para su sorpresa, no estaba vacía. Estaba completamente amueblada, alguien había entrado silenciosamente en su casa y la había habitado. No necesitaba buscarle, sabía quien era. La guitarra eléctrica encima de la cama le delataba.

sábado, 22 de enero de 2011

Conclusión 152

-¿Vamos a ver la nueva de Disney?
-¿Disney? ¡Ni hablar! ¡No vuelvo a ver una peli de Disney en mi vida!
-Me han dicho que está muy bien, además no es para niños.
-Me da igual. Odio a Disney.
-¿Se puede saber por qué?
-Por mostrarnos desde pequeñas que aunque pase de todo al final de la película siempre encuentras a tu príncipe azul y eres feliz.
-O sea que tú eres seguidora del grupo ese de facebook de Yo también culpo a Disney de mis altas expectativas hacia los hombres.
-¡Exacto! Me he cansado de besar a sapos asquerosos.
-¿No has pensado que quizás tu príncipe está de camino?
-Le llevo esperando desde hace mucho, ¡qué se hubiese dado más prisa!
-Igual está a tu lado y ni si quiera te has dado cuenta, pequeña Blancanieves.
-Todavía estoy esperando a que me dé mi beso de amor y me despierte.
-Bueno, igual no es el príncipe y es uno de los siete enanitos. Le das más petit suisse para que crezca ¡y listo!
-Ja, ja, muy graciosa. Tampoco es tan bajito...
-Lo importante es que te de ese beso de amor y te despierte. Si no llega, se le pone un taburete y solucionado. Que más da que sea alto o bajo, delgado o gordo, rubio o moreno... lo importante es que te quiera y te trate como la princesa que eres.

Conclusión 151

-¿Qué le ocurre? ¿Está delirando? 
-No, simplemente está soñando.
-¿Soñando? Mas bien parece que tenga una pesadilla.
-No. En las pesadillas es mucho peor. Empieza a gritar, a moverse e incluso a veces llora.
-¿Hablar en sueños es normal?
-Sí. Lo lleva haciendo desde que era un bebé.
-¿Entiendes lo qué dice?
-Normalmente son palabras sueltas. A veces, frases sin sentido. La única frase que se le entiende y repite cada noche es: No te vayas...

miércoles, 19 de enero de 2011

Conclusión 150

-Ya está. Fin. Ya me he cansado. (Enfadada se sienta en un banco)
-¿Pero ahora que te pasa?
-Ya me canso de tener que descifrar todo. Basta de miradas con significados ocultos, basta de dobles sentidos e ironías. ¿Tienes algo que decirme? Pues muy bien, soy toda oídos. Ya me he cansado de tu juego. Ahora te toca decidir a tí: ¿Te arriesgas o pierdes?

domingo, 16 de enero de 2011

Conclusión 149

-¿Por qué escribes?
-Para expresar lo que nunca me atrevería a decir en voz alta.
-¿Por qué lees?
-Porque me encanta viajar a épocas y lugares inalcanzables.
-¿Por qué dibujas?
-Para diseñar mi propia vida.
-¿Por qué bailas?
-Porque es la única forma con la que mi cuerpo se libera.
-¿Por qué cantas?
-Porque me creo una estrella del rock.
-¿Por qué sonríes?
-Porque no hay mejor forma de expresar mi felicidad.
-Entonces, si eres feliz, ¿por qué lloras?
-Porque a veces la única solución a tus problemas es sacar toda la impotencia que tienes en tu interior mediante las lágrimas.

sábado, 15 de enero de 2011

Conclusión 148

-Hoy en pleno invierno el sol brilla quemándonos la piel como si fuese cualquier día de verano. Hoy todos como caracoles que sacan sus antenas al sol, salen despavoridos de sus casas para disfrutar de este pequeño regalo, y tu mientras ¿qué haces? Te niegas a salir de tu habitación.

-Odio estos días. Simplemente los odio. Detesto salir a la calle y ver la felicidad impregnada en las caras de los demás. Todos te miran sonrientes como si te estuvieran restregando su felicidad. Yo soy feliz y tu estás acabada. Eso es lo que parecen decir con sus magníficas sonrisas. ¿Para que quiero salir? ¿Para que me digáis que os he amargado la noche con mi mirada triste? Lo siento por no vivir en un cuento de hadas. Lo siento por vivir en una pesadilla en la que poco a poco el tiempo se agota. ¿Sabes? Ya no siento los brazos de tantas veces que me he pellizcado para despertarme. Me encierro en mi habitación como tú dices para poder absorber toda esa esencia que puede que dentro de poco se extinga para siempre. Me niego a salir de mi refugio porque sé que dentro de unos meses no tendré las fuerzas suficientes para entrar allí, porque huiré a un lugar donde consiga borrar todo. Enfadate todo lo que quieras. Grítame. Critícame. Pero no me obligues a ser algo que me es imposible.

viernes, 14 de enero de 2011

Conclusión 147

Es A kind of magic que me reconforta y me hace ver que Every little thing is gonna be alright. Porque soy una simple chica en un Big big world que no teme decirte que tu estarás Always on my mind. Aunque a veces desee gritar Fuck you mientras Smile, solo busco Somewhere over the rainbow donde Love is in the air y todos podamos ser Libres.

jueves, 13 de enero de 2011

Conclusión 146

-¿Sabes cuál es la diferencia entre tú y ella? Ella nunca se rinde, trata siempre de sobreponerse a cualquier desgracia, lucha, se cae y vuelve a levantarse. Ella sabe lo que quiere y hace cualquier cosa para conseguirlo. Para ella el paso del tiempo significa más años de vida y de experiencia. Ella quiere vivir y vive. En cambio tú, ¿qué haces? Te encierras en tu mundo. Lloras y esperas a que alguien te levante. No tratas de buscar tu propio camino. Únicamente te sientas a un lado de la carretera esperando a que alguien pase a buscarte. No vives, solamente esperas la llegada de la muerte. Por eso le elegí a ella. Ella cada mañana busca un motivo para sonreír, tu para llorar. No me busques más, no quiero saber nada de ti. Ella es mi amor para toda la vida y tu simplemente fuiste un error.

Con la vista nublada y el corazón palpitante, vio como se alejaba poco a poco su única razón de ser. Esa sería la última vez que lo viese. Esa sería la última vez que llorase por alguien.

domingo, 9 de enero de 2011

Conclusión 145

Era una tarde gris. El viento mecía los árboles. Ella ausente de todo jugaba con un pequeño rastrillo en la arena. Tras horas escavando y removiendo la tierra, descubrió una pequeña tetera. La observó durante un instante y quitó su tapa para ver el interior. Entonces, una ligera neblina salió de ella y apareció un genio.

- Soy el genio de la tetera y por haberme liberado un deseo te concederé.
-¿Genio de la tetera? ¿Un deseo? ¿No eran tres?
-Con uno basta.
-Está bien. Deseo...
-¡No te precipites niña! Piénsalo muy bien. Solo tendrás una oportunidad.
-Ya esta decidido, lleva decidido desde hace mucho tiempo. Mi deseo es que se encuentre una cura para el cáncer.

sábado, 8 de enero de 2011

Conclusión 144

Hoy es uno de esos días en los que te toca poner patas arriba toda tu habitación. Hoy te toca limpieza navideña. Ordenar los cajones, los armarios, tirar toda la mierda lo inservible que se ha acumulado durante seis meses. Dejar todo como los chorros del oro para que al día siguiente vuelva a estar todo desordenado. Hoy toca uno de esos días tan odiados por tantos.

Entre papeles y papeles acabas descubriendo pequeños recuerdos de los que eres reacia a desprenderte. Pequeñas cartas, fotos y demás que te conducen a un pasado tan cercano y a la vez tan lejano. Los primeros días de instituto, las primeras ilusiones con sus catastróficas decepciones, las primeras alegrías, las primeras tristezas. Todo cambiaba vertiginosamente. ¿Todo? No, todo no. Existía una constante que permitía que el resto de factores no importasen. Daba igual que esos factores estuviesen elevados a tres a cuatro o a mil. La constante siempre valía más. Tanto era su valor que en algunos momentos incluso la ecuación se igualaba, H=E. A veces, parecía que esa ecuación iba a resquebrajarse. Los factores estaban a punto de conseguir mayor importancia, pero no. Siempre se acaba simplificando a H=E. Era la ecuación perfecta. Ni las condiciones más extremas conseguían cambiar su equilibrio. Parecía que siempre permanecería así.

¡Aish! Pequeñas ilusiones infantiles. Al final, de tan convencidas que estaban de que la ecuación era perfecta e indestructible, acabaron por abandonarla. No la cuidaron ni la supervisaron. Creyeron, ilusas de ellas, que por si sola perduraría hasta siempre. ¿Al igual que te alimentas todos los días, no debería de haberse alimentado la mágica ecuación también? Fuera lo que fuese, la ecuación perfecta acabo rota. Sus miembros separados continuaron su camino, lleno de penas y alegrías. Siendo felices, de eso no hay duda, a pesar de las pesadillas que pudieran presentarse cada noche.

¡Jo tía! ¿Sabes qué? A pesar de que cayera el meteorito, que la lejía funcionase y que el muro consiguiera su propósito. A pesar de todo eso, espero y deseo que seas feliz y que en los pequeños altibajos que tengas siempre haya alguien capaz de darte ese achuchón mágico que te arrancaba una sonrisa, porque no hay nada mas bonito que verte sonreír.

miércoles, 5 de enero de 2011

Conclusión 143

Esa noche le tocaba a ella hacer la cena especial. Calentó la leche, cortó tres trozos de turrón y llenó tres grandes cuencos de agua. Lo dejó todo debajo del árbol y fue a acostar a su hermana pequeña. Hacía ya unos años que no vivía los nervios de la noche de Reyes. Levantarse por la noche para ver si ya estaban los regalos. Tocarlos y tratar de adivinar que eran. Volver a levantarse para asegurarse de que todavía seguían allí. Madrugar al día siguiente y levantar a toda la casa para abrirlos lo antes posible. Todos esos recuerdos de su niñez que hoy le tocaba revivir con su hermana pequeña. A pesar de los años, el día de Reyes seguía siendo su día más deseado de toda la Navidad. Le encantaba ver las caras de alegría y sorpresa de su hermana al abrir los regalos. Además, aunque menos, siempre recibía algún regalo y continuaba con su vieja costumbre de adivinar el que era antes de abrirlo. Sin duda, el día de Reyes era un día mágico en el que volvía a su infancia.

lunes, 3 de enero de 2011

Conclusión 142

¿Qué sería una película en un desierto sin espejismos? Esas películas en las que el protagonista lleva días y días perdido en el desierto, bajo un sol sofocante y sin agua, y justo cuando ya comenzaba a desesperarse ve a lo lejos un pequeño oasis. Entonces va corriendo hacia allí y descubre que no era más que un espejismo.

No hace falta que sea una película o que estemos en un desierto, en ocasiones nosotros mismos también nos encontramos con espejismos. Creemos/Deseamos que ese bonito oasis que ha aparecido para salvarte es de verdad. Sin embargo, la triste realidad es otra. No es mas que una ensoñación producida por el calor y la desesperación. Un espejismo de algo que deseas y que nunca llegarás a tener.