Si miras a tu alrededor, seguro que encuentras algo que tienes desde hace tiempo pero que nunca has utilizado. Puede ser un juguete de la infancia o una camiseta pasada de moda. Realmente hace años que no lo has usado, ni siquiera te acordabas de él, pero cuando tu madre te insiste en tirarlo tu te niegas rotundamente y luchas con uñas y dientes para conservarlo. La primera vez ganas la partida, la segunda puede que también. Pero a la tercera, tu madre ya no te pregunta si quieres tirarlo, directamente lo tira. No sufres la perdida porque en realidad nunca le has tenido cariño.
Eso a menudo pasa con las personas. Personas que han estado contigo desde siempre pero que has dejado en un segundo plano, pensando que siempre estarían y cuando te quieres dar cuenta ya no están, las has perdido.