Resulta curioso como a veces sin darnos cuenta cambiamos de repente por una persona. De la noche a la mañana nos despertamos siendo una persona distinta, todos nuestros valores que defendíamos con uñas y dientes han quedado deshabilitados, convirtiéndonos en alguien que no se conoce a si mismo.
Al cambiar por alguien, perdemos nuestra esencia, dejamos de ser nosotros mismos.
Al cambiar por alguien, perdemos nuestra esencia, dejamos de ser nosotros mismos.
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